Los Conceptos sobre el Agua de Red nos permiten comprender mejor el agua que recibimos. Existen diversos orígenes para el agua de red que reciben los consumidores. Uno de los orígenes es agua de red “superficial”; el otro es agua de red “de pozo” (aunque parezca contradictorio), y eso determinará las diferentes problemáticas que encontraremos en el agua.
Primero: ¿qué es el agua potable?
Que el agua sea potable quiere decir que se encuadra dentro de los límites permitidos y detallados en el capítulo XII del Código Alimentario Argentino. Esto no implica que no tenga contaminantes, sino que la cantidad que tiene de cada uno de ellos se encuentra por debajo de los límites que se consideran peligrosos para la salud humana. Otra característica del agua de red es que está clorada (mediante el agregado de cloro gaseoso o hipoclorito de sodio). Esto último es muy importante porque la presencia de cloro nos garantiza que el agua está libre de microorganismos (hongos, bacterias, virus, parásitos) peligrosos para la salud.
El cloro es un desinfectante muy efectivo y económico, pero a cambio modifica negativamente las características de sabor y olor del agua, al mismo tiempo que genera sustancias peligrosas para la salud al reaccionar con la materia orgánica, como los Trihalometanos (THMs), o las monocloraminas.
A su vez, las características que presenta el agua de red también van a depender del origen de la misma. No es lo mismo si el agua distribuida a través de una red se extrajo de perforaciones, o si son aguas de ríos o lagos.
AGUA DE RED SUPERFICIAL (DE RÍOS, LAGOS, EMBALSES, ETC.):
El agua de red que hay, por ejemplo, en CABA y en el primer anillo del Conurbano (por ejemplo en Temperley, donde está nuestra tienda central), viene del Río de la Plata; es decir que es un agua de origen «superficial» (de ríos, lagos, embalses, etc).
En estos, los problemas principales son: el gusto a cloro debido al alto contenido del mismo, los subproductos de la cloración, partículas, olores y trazas (pequeñas cantidades) de contaminantes «orgánicos» como pesticidas, herbicidas, solventes, hidrocarburos, micro-plásticos, y microalgas (es una de las mayores problemáticas actualmente en el agua superficial), etc. Las aguas que se extraen de ríos y lagos, por el contrario que el agua de pozo, tienen muy baja mineralización, no forman sarro, en general no tienen arsénico, nitratos, nitritos. En cambio, son más susceptibles a contaminantes orgánicos naturales (materia en suspensión que genera turbiedad) y de origen antropogénico (como mencionamos, pesticidas, solventes, hidrocarburos, PCB, etc.).
Para solucionar todos estos problemas alcanza bien con cualquier Purificador a base de Carbón Activado, que va a retener muy bien todos los contaminantes y características no deseadas anteriormente mencionadas.
Ahora bien. Pueden estar preguntándose: Si es agua POTABLE de red, ¿por qué necesito un purificador?
Como dijimos anteriormente, que el agua sea potable no significa que no tenga contaminantes. Los purificadores basados en Carbón Activado retienen con muy alta eficiencia el cloro del agua de red, así como los subproductos de la cloración (THM´s, monocloraminas), contaminantes orgánicos (como solventes, hidrocarburos, pesticidas) y mejoran el sabor, olor y color del agua, brindado agua rica, pura y segura para consumir, cocinar, preparar infusiones y bebidas.
Los purificadores para agua potable de red de una o dos etapas tienen un excelente rendimiento en estas aguas, retienen con gran eficiencia el cloro, los subproductos de la cloración, olores, sabores, contaminantes orgánicos, partículas. Salvo casos especiales (hipertensos, uso para procesos específicos), no es necesario utilizar tecnologías más costosas y complejas como la ósmosis inversa.
AGUA CLORADA DE RED CUYO ORIGEN SON POZOS/PERFORACIONES:
Muchas ciudades de nuestro país que están alejadas de grandes ríos, lagos y/o lagunas se abastecen de agua de perforaciones. En algunos casos, estos pueblos y/o ciudades tienen una red de distribución operadas por cooperativas, por los propios municipios o por empresas. Muchos lugares no muy lejanos a CABA, como Llavallol, Monte Grande o Canning (donde está nuestra segunda tienda), tienen agua de red provista por una empresa, pero su origen es agua de pozo.
Las aguas que originalmente son extraídas de pozos suelen tener mayor cantidad de compuestos inorgánicos, sales y metales pesados. Algunas de estas sales son carbonatos de calcio y magnesio que en determinadas condiciones forman una incrustación dura comúnmente conocida como sarro. Los purificadores para agua potable de red estándar, esos con forma cilíndrica similares a un “termo”, no tienen un buen rendimiento con estas aguas, ya que no retienen este tipo de contaminantes.
Si estamos en presencia de un agua de red, clorada pero con minerales, los purificadores van a retener muy bien el cloro, los sabores y olores del agua, pero muy poco (casi nada) las sales, minerales, metales pesados, etc. Pueden brindar un agua más rica al paladar, pero que posiblemente genere las mismas incrustaciones de sarro y tengan las mismas concentraciones de contaminantes inorgánicos (nitratos y nitritos), arsénico y/o metales pesados.
NO TENGO IDEA
En los casos donde no sabemos el origen del agua de red que nos llega (si es superficial o de pozo), ni contamos con un análisis del agua, una buena pregunta disparadora es: ¿observás sarro en la pava, las canillas, las superficies?
Si ven sarro, podemos estar seguros de que es agua de pozo. Si es agua de pozo, muy posiblemente haya arsénico, nitratos, etc. En esos casos, debemos recomendar enfáticamente una ósmosis inversa, que es la única tecnología confiable para eliminar el arsénico, los metales pesados, los nitratos, nitritos y todos los contaminantes presentes en el agua.
Si el agua que llega a través de una red de distribución tiene gusto/olor a cloro y no presenta signos de sarro o dureza, podemos asumir que se trata de agua potable de red cuyo origen es una fuente superficial y para estos casos es suficiente un purificador convencional, como mencionamos anteriormente.
Asimismo, los metales pesados no son propios ni del agua superficial ni de pozos. Se desprende de las cañerías viejas, muy comunes en CABA (donde tienen agua superficial). Pero es importante tener en cuenta que no es un contaminante que dependa de la fuente, sino de las instalaciones.
Conclusión:
Hay cada vez más conciencia sobre la importancia de la calidad del agua. Es una tendencia mundial (que está llegando a Argentina) que los consumidores ya no se conformen con el agua tratada por un simple purificador y quieran estar más «cubiertos» ante posibles contaminaciones de las fuentes de agua o bien tener la mejor calidad de agua posible.
Desde Vital Water Argentina los acompañamos proponiéndoles la tecnología más adecuada a sus deseos, necesidades y al nivel de prevención que quieren tener.